LOS GRITOS DEL MOHÁN II
¿PADRE, POR QUE?
¿Por qué el hombre ya no gusta
del fragante aroma de la flores
sino que prefiere el cemento que brilla
aromatizado por el químico de sus trapiadores?
¿Por qué ha cambiado el hombre
los verdosos pastos y frescos bosques
por un suelo negro y pavimentado
y edificios fríos de grisáceos colores?
¿Por qué al hombre ya no escucha
el trinar de los pájaros y el canto del gallo
y prefiere a su paso escuchar
el motor de un carro de cientos de caballos?
¿Por qué al hombre ya no le gustan
los claros rios y el canto de sus ondinas
sino que se deleita en las aguas silenciosas,
obscuras y ocultas bajo sus selvas rocosas
aguas que llenan los mares y los rios con mortecina?
¿Por qué los hombres ya no son amigos
sino que luchan implacablemente por espacios
y honores que inútilmente reemplazan al amigo
y si traen en contra nuevos enemigos?
¿Por qué el hombre ya no lucha por salvar su vida,
con el amor a Dios sino que prefiere
el brillo del oro por el cual lucha como un toro
para luego marchar con sus manos vacías por el camino de la muerte,
donde muerta, estará su vida?
¿Por qué mis padres ya no se aman sino que pelean más y más?
¿No ven que en mi alma desecha ya no cabe aquella agua
que por mis ojos sale durante la obscura e intensa soledad de la noche?
¿Padre, por qué..?
¡Calla hijo mio! No llores más que hace frio.
Ven a mis brazos y queda dormido.
la respuesta es una, porque una es la pregunta:
¡Es por la ignorancia del hombre sobre sí mismo!